"Yo no puedo darme ese gusto, no puedo ir en contra de lo que mi hija quiere de mí. Entonces por favor no aten lo que ustedes no tienen por qué atar. Lo que a nosotros nos toca es vivir con una absoluta fe, con una absoluta pureza la vida de mi hija, la resurrección de mi hija".
"Los invito entonces –yo estimado monseñor con su licencia eclesial– yo no voy a guardar de luto de negro porque mi hija no lo merece, mi hija merece ropa blanca, y yo voy a estar de blanco en este luto porque un ángel acaba de subir al cielo y un ángel me acompañará".
"Quisiera decirles a ustedes que nos llenemos de sensatez y que me sigan acompañando, así como me acompañaron desde el primer día, desde su corazón, desde su alma, desde su esfuerzo, desde su cansancio, que me acompañen ahora en este último viaje físico de mi querida hija al cementerio. Muchísimas gracias mi Churona (Así llaman los ecuatorianos a la Virgen del Cisne que es venerada en Loja). Gracias", expresó el papá de Emilia.
"Los invito para que en el colegio Santa Mariana de Jesús, mi casa, mi hogar, ahí será la velación. Luego monseñor me ha permitido hacer la celebración en la Catedral lojana. ¡Qué privilegio para mí hija! Sé que estarán muchos sacerdotes, tengo muchos sacerdotes amigos.