El Arzobispado de Piura en el norte del Perú asiste a cientos de damnificados que dejó el sismo del 30 de julio y que afectó principalmente a la ciudad de Sullana, donde varias personas resultaron heridas y otras vieron afectadas sus viviendas.
Además de víveres, los voluntarios también llevaron una imagen de la Virgen de Fátima para dar consuelo a los afectados.
El Instituto Geofísico del Perú (IGP) informó que el movimiento sísmico del 30 de julio se produjo a las 12:10 p.m. y su epicentro se localizó a 12 kilómetros al oeste de Sullana, con una profundidad de 36 kilómetros.