Según la tradición, el cuerpo de la Virgen fue llevado, en procesión, por los Apóstoles hasta un sepulcro en Getsemaní, al cual los católicos de rito latino pueden acceder de manera "oficial" una vez al año y celebrar una breve liturgia.
En el monte Sión, en Jerusalén, existe una Basílica llamada de la Dormición, donde se dice que la Virgen vivió y al final de su vida "durmió" ("dormitio" o dormición).
Los Apóstoles llevaron el cuerpo de María desde allí hasta una tumba en las inmediaciones de Getsemaní.