La Penitenciaría General de Venezuela (PGV) es una de las cárceles más peligrosas del país y alberga unos 6 mil reclusos, pero los datos exactos se desconocen porque allí "el control lo tienen los internos". En el caos que reina en la PGV, peleas y ajustes de cuentas, hay una pequeña presencia que aporta paz y tranquilidad: La religiosa Neyda Rojas, mercedaria misionera que lleva más de 18 años trabajando en la pastoral penitencial, en una cárcel en donde nadie se atreve a entrar.
#Nacional Por más de 17 años Neyda Rojas ha trabajado con los reos de la PGV https://t.co/fz3iYScbbG pic.twitter.com/aoKOIn8JOp
- Contrapunto (@contrapuntovzla) noviembre 30, 2015