Antes del rezo del Ángelus este domingo, el Papa Francisco meditó sobre la parábola del Buen Samaritano, y propuso una breve oración para aprender a ser compasivo como él, especialmente con los que sufren y los más necesitados.
Desde el balcón del Palacio Apostólico del Vaticano y ante miles de fieles en la Plaza de San Pedro, el Santo Padre recordó que en la parábola un samaritano se detiene ante un hombre que fue asaltado y golpeado, y que antes había sido ignorado por un sacerdote y un levita.
En la parábola, el creyente puede reconocer que es "un caminante, alguien que está en camino, que busca seguir las huellas de Cristo", el Buen Samaritano.