El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, alentó a los católicos a seguir practicando la caridad con los más necesitados, pues es un elemento importante para lograr la justicia.

En su última Carta Pastoral enviada a ACI Prensa, el Prelado se refirió a la crisis económica que afecta a España. “Son frecuentes las noticias de la ayuda que podemos prestar a los demás en momentos de crisis como los que vivimos. A muchos les llaman la atención las grandes cifras. Pero Jesús y el estilo evangélico van por otro lado”, expresó.

En ese sentido, explicó que si bien son importantes las grandes sumas, “las necesidades de los demás reclaman que nos demos a nosotros mismos, que demos nuestro tiempo, nuestra atención, también nuestro dinero”, pues “en la relación de amor es fundamental la persona que se da y la persona a la que se ayuda”.

“En el centro de la visión cristiana de la vida está la persona, no las cifras ni las cosas. Ojalá tengamos muchos medios y podamos llegar a más personas, pero en la caridad cristiana se nos pide que pongamos alma, que demos nuestro propio corazón”, afirmó.

Mons. Fernández advirtió que es erróneo decir que la caridad degrada al destinatario y la consideran “un modo para que los ricos eludan la instauración de la justicia” y despojen a los pobres de sus derechos.

“Esta es la postura marxista, que incita al odio y a la lucha de clases y le desespera que sigan existiendo las obras de caridad. Sin embargo, no podremos llegar a la justicia, si no es inyectando caridad de la buena en nuestras relaciones sociales. Porque la justicia no es alcanzable si no contamos con un plus de caridad, que incluye esa justicia”, señaló.

Mons. Fernández explicó que “la justicia no cumple sus objetivos si no hay un corazón humano que se acerca a la persona para atenderla sin humillarla. La empresa política de hacer una sociedad cada vez más justa corresponde al Estado, no a la Iglesia. Pero la Iglesia no puede desentenderse de esa tarea, y para eso aporta razonamientos e inyecta amor, para lograr el objetivo de una sociedad más justa”.

“Incluso si llegáramos a una sociedad plenamente justa, siempre seguirá siendo necesario el amor –cáritas-, porque siempre habrá sufrimiento que necesite consuelo”, afirmó.

Por ello, el Obispo de Córdoba recordó el testimonio de la viuda pobre, “que echa en el cepillo del templo lo que tenía para vivir”.

“Muchos gestos así están brotando en nuestro tiempo. Que los gobernantes cumplan su misión de alcanzar una sociedad más justa, pero en ese camino nunca estará de más la caridad, el amor de los que actúan movidos por Jesucristo y en su nombre para aliviar las necesidades de nuestros contemporáneos”, expresó.