21 de marzo de 2022 / 12:01 AM
Cada 21 de marzo la Iglesia recuerda a Santa María Francisca de las Cinco Llagas, religiosa italiana que llevó en su propio cuerpo las heridas de Cristo: las de pies, manos y costado. Por esta razón, la tradición recuerda a esta santa evocando, desde el nombre, las llagas de Nuestro Señor. Hoy, varios siglos después de su muerte, sus restos permanecen incorruptos.
De humilde cuna
El nombre de pila de Santa María Francisca fue Anna María Gallo, una mujer nacida en Nápoles (Italia), hija de unos comerciantes que vivían en el antiguo barrio español de la ciudad, conocido por su precariedad. Dios le concedió a Maria Francisca el don de profecía, así como el de compartir los dolores de la Pasión y Muerte de Jesús. Los napolitanos le profesan una gran devoción y le atribuyen haber intercedido por ellos durante los bombardeos sufridos en la Segunda Guerra Mundial. Como signo de dicho favor, el barrio donde vivió permaneció intacto durante los ataques, a pesar de su fiereza.