Cada 27 de abril la Iglesia Católica celebra la fiesta de Santa Zita de Lucca, trabajadora doméstica y religiosa, patrona de las empleadas del hogar y de todos los sirvientes. Ella fue una mujer de condición muy humilde, por lo que desde pequeña tuvo que trabajar.
Se hizo sirvienta de una de las familias más ricas de su localidad, de manera que podía hacerse de algún dinero y contribuir al sostenimiento de los suyos. Su duro trabajo le acarreó dificultades y penurias que afrontó desde su fe.
Aun siendo blanco de burlas y maltratos, su amor a Dios y a su familia fueron siempre más grandes, la ayudaron a mantenerse firme y crecer en la confianza permanente en la providencia de Dios.