San Agustín nació el 13 de noviembre del año 354 en Tagaste y recibió el nombre en latín Aurelius Augustinus Hipponensis.
Es patrono de los que buscan a Dios y es ejemplo de que, sin importar que tan lejos esté una persona del Señor, siempre es posible acercarse o volver a Él.
En el 385 y tras una vida mundana en la que no hallaba la felicidad, Agustín se convirtió al cristianismo, gracias a las intensas oraciones de su madre, Santa Mónica.