Cuenta la tradición que por el año 1580 Buga era un pequeño caserío, en el valle del Cauca (Colombia), y que al lado izquierdo del río Buga había un ranchito de paja en el que vivía una india anciana con el oficio de lavandera.
Aquella mujer era muy piadosa y estaba ahorrando dinero para comprarse una imagen de Cristo. El día que iba a llevar su dinero al párroco para que le consiguiera la imagen, pasó llorando un honrado padre de familia, a quien iban a meter a la cárcel porque debía un dinero y no tenía con qué pagarlos.
La buena mujer le dio al pobre necesitado todo su dinero ahorrado y aquel hombre, lleno de alegría, le deseó que Dios la bendijera y le ayudara mucho.