El Papa Francisco advirtió sobre el peligro de la mundanidad a las casi 100 monjas de clausura que encontró este 7 de septiembre en el Monasterio Carmelita de Antananaribo, capital de Madagascar, durante su viaje apostólico a África.
Durante su homilía improvisada por más de 30 minutos tras haber rezado la hora media, el Papa Francisco reveló su devoción a Santa Teresita del Niño Jesús (Santa Teresita de Lisieux) quien aseguró lo acompaña y lo ha acompañado en cada paso de su vida.
"Esta Teresa, ahora, acompaña a un anciano. Y quiero dar testimonio de esto, quiero dar testimonio porque ella me ha acompañado, en cada paso me acompaña. Me ha enseñado a dar los pasos", confió el Santo Padre a las religiosas contemplativas procedentes de los diferentes monasterios de todo el país quienes, por excepción, salieron de sus claustros para encontrar al Pontífice.