El P. Jeremy Davie, un exorcista octogenario que desde finales de la década de 1970 se dedica al ministerio del exorcismo en la Arquidiócesis de Westminster (Inglaterra), afirmó que Halloween puede ser una puerta abierta al mal y al diablo.
"Ellos [los que 'celebran' Halloween] comienzan con juegos, pero eso puede llevar a la gente a no creer en el demonio y los espíritus malignos, y esto a su vez puede conllevar a una pérdida de la fe cristiana", dijo el sacerdote en una entrevista concedida a K.V. Turley del National Catholic Register.
"La ligereza en estos asuntos es fatal, pues jugar con el mal bajo el pretexto de que no es real es permitir que el mal entre", indicó el sacerdote que realiza algún tipo de exorcismo cada semana en la zona central de Londres. Además, indicó, el mal también puede ingresar allí donde hay un interés poco saludable por lo oculto, lo que puede llevar "a una intrusión de la influencia demoniaca".