A pocos días de concluir el Jubileo de la Misericordia, el Papa Francisco quiso saludar a un grupo de peregrinos de los Países Bajos que celebraron el final de su viaje a Roma con una Misa en la Basílica de San Pedro.
El Papa Francisco llegó al final de la celebración y les dedicó unas palabras. Explicó que gracias a la misericordia "nosotros experimentamos la bondad salvífica de Dios en de modo particular en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación".
"La confesión es –continuó– el lugar en el que se recibe como don el perdón y la misericordia de Dios". Aquí "ha iniciado la transformación de cada uno de nosotros y la reforma de la vida de la Iglesia".