Muchas leyendas antiguas conectan a Francia con las figuras del Nuevo Testamento. Por ejemplo, una afirma que Lázaro, María y Marta fueron exiliados de Israel y viajaron en un bote hasta la costa del país europeo.
Otras indican que Lázaro fue el primer obispo de Marsella y que fue enterrado en Borgoña. Otras dicen que María Magdalena es la hermana de Lázaro y que ella viajó a Francia y vivieron durante 40 años en una cueva en Provenza.
El registro más antiguo de la Iglesia en Francia que no tiene un cariz de leyenda data del siglo II. Narra que 48 católicos, incluyendo el Obispo de Lugdunum, fueron martirizados en Lyon, que formaba parte de la provincia romana de Galia.
La mayoría de los franceses consideran al rey Clodoveo I como el fundador de Francia. El soberano se convirtió del paganismo y fue bautizado en la Navidad del año 496 por San Remigio. Este acontecimiento es considerado como el momento fundacional del cristianismo occidental.