Misioneros brasileños en Haití han contado su experiencia luego del terremoto de magnitud 7.2 que devastó el país caribeño el 14 de agosto y que ha dejado destrucción y al menos 1941 muertos.
En declaración a la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), la misionera brasileña que trabaja en Haití desde 2014, hermana Sueli Monteiro, señaló que "actualmente estamos tratando de asimilar todo lo que ha sucedido".
"Fue todo muy rápido, fue una situación muy tensa, solo vimos todo temblar. Entonces nos dimos cuenta de que era un terremoto. Muchas casas destruidas, gente herida", agregó.