La cuestión de los bailes africanos en países europeos no está recogida de manera específica en el documento, si bien se asegura que "es muy distinta la situación de países evangelizados desde hace siglos, y en los que la fe cristiana continúa estando presente en la cultura, y la de aquellos en los que la evangelización es más reciente o no ha penetrado profundamente en las realidades culturales".
Sin embargo, sí hay registro de una respuesta contundente de una voz autorizada. El Cardenal Francis Arinze, Prefecto Emérito de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos, fue preguntado en 2008 por la cuestión.
Y su respuesta fue clara: "La danza, tal como se conoce en Europa y América del Norte, no forma parte del culto". A su juicio, en este contexto occidental, el baile "está bien para el auditorio, para el teatro, incluso para el salón parroquial, suponiendo que el baile sea aceptable desde el punto de vista moral".
El Cardenal Arinze resumió su postura como máximo responsable de la liturgia en aquél momento de forma gráfica: