La hipocresía, el mirarse en el espejo de los fariseos denunciados por Jesús, centró la homilía del Papa Francisco durante la Misa en la Casa Santa Marta. Durante su enseñanza invitó a guardarse de esa "levadura mala": la "levadura de los fariseos".
El Santo Padre explicó que "hay una levadura buena y una levadura mala". La levadura buena es la "que hace crecer el Reino de Dios", mientras que la levadura mala es la "que únicamente aparenta pertenecer al Reino de Dios. La levadura hace crecer siempre, y hace crecer bien, de forma consistente, cuando es buena. De esa forma da lugar a un buen pan, a una buena pasta. Pero la levadura mala no hace crecer bien".
Para ilustrar su mensaje, Francisco contó una anécdota de su infancia: "Me acuerdo de que, por carnaval, cuando éramos niños, la abuela nos hacía unos bizcochos. Se trataba de una pasta muy fina. Después la echaba en el aceite y aquella pasta se hinchaba. Sin embargo, cuando comenzábamos a comerla, descubríamos que estaba vacía por dentro. Y la abuela nos decía: 'Así son las mentiras: grandes por fuera, pero vacías por dentro. No tienen nada de verdad, no tienen nada de sustancia'. Y Jesús dice 'Estad atentos a la levadura mala, la de los fariseos': la hipocresía".