El Prelado dijo que en su diócesis hay "una pobreza radical de vocaciones sacerdotales y religiosas" ya que la última ordenación fue hace 13 años. Sin embargo, esta realidad no lo desanima sino que es un motivo para "suscitar el llamado, retransmitirlo y comunicarlo a los jóvenes. Nadie sabe cuántos sacerdotes necesitamos".
"Mi propia experiencia -y la de los otros- es que la vida del sacerdote es apasionante y está llena de sentido. Es un privilegio, si se ve desde la fe: ser llamado por Jesús y la Iglesia a ser sacerdote, a representar -a hacerlo presente- al que conduce la Iglesia, que la santifica por los sacramentos", expresó el Obispo.
Mons. Berther manifestó que su deseo es que "un cierto número de jóvenes puedan responder a este llamado con confianza".
El Obispo de Saint-Dié comentó que en los últimos años ha hecho seguimiento a varios grupos de jóvenes sacerdotes y que vio en ellos a "hombres contentos que no sin dificultades cargan la Cruz que está plantada en la vida de cada cristiano. Esta es su vocación".