Fray Ignacio Esparza es un joven de 24 años que al terminar de estudiar en la Universidad de Navarra (España) decidió seguir su vocación y entrar en el monasterio benedictino de Leyre, en Navarra.
Según cuenta en una entrevista realizadas por Arguments, responder a la llamada de Dios "es un proceso en el que el protagonista es el Señor, y en el día a día el Señor te va llamando, muchas veces tienes la intuición desde antes de poder hacerla explícita", asegura, y precisa que entrar en Leyre y ser fraile benedictino fue algo a lo que no pudo "decir que no".
Cuando le preguntan qué fue lo que más le cuesta de la vida en el monasterio, el joven responde "medio en broma, medio en serio, levantarnos todos los días tan pronto" y que "todos los días sean iguales".