Con ocasión de la Fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de los presos, la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) pidió a las autoridades del país "garantizar la vida, la integridad física y el proceso justo de la población procesada y penada" en el país.

En un comunicado firmado por los presidentes de la Oficina de Justicia y Paz y de la Comisión de Pastoral Social de la CEV, Mons. Roberto Luckert León y Mons. Baltazar Porras, respectivamente, los Obispos expresaron su preocupación "ante la realidad carcelaria que se vive en el país".

"Expresamos nuestro profundo dolor, pesar y consternación por los acontecimientos de violencia que día a día se viven en los recintos penitenciarios del país, acontecimientos que derivan en el trágico desenlace de numerosos muertos y heridos que enlutan a muchas familias y a toda nuestra sociedad", lamentaron, recordando "la terrible situación ocurrida el 16 de este mes en la cárcel de Sabaneta, donde perdieron la vida 16 personas".

La CEV indicó que la violencia en las prisiones del país se debe a problemas denunciados frecuentemente por la Iglesia, como "la insuficiencia de la infraestructura carcelaria, la corrupción, el hacinamiento que conlleva violación a los derechos humanos, los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, la existencia de mafias que hacen de las sedes del sistema penitenciario auténticos negocios de armas, drogas, secuestros y otros lucros delictivos, las pugnas de poder y el retardo procesal".

Los Obispos señalaron que según estadísticas oficiales, el 60 por ciento de los reclusos en Venezuela llevan más de dos años en cárcel sin recibir sentencia.

Además, "según la Ministra para asuntos penitenciarios, de 49 centros penitenciarios 35 son gobernados por pranes (delincuentes líderes)".
Con respecto al hacinamiento, la CEV indicó que las cárceles en el país tienen capacidad para 16 539, pero albergan a 52 933.

"El Estado venezolano debe dar respuestas de fondo que lleven a una verdadera transformación de los recintos penitenciarios, donde se promuevan la humanización y la justicia", demandaron los Obispos.

Ante los problemas en los presidios venezolanos, la CEV pidió "la intervención urgente del Estado Venezolano para mejorar las estructuras carcelarias y superar las condiciones inhumanas en las que viven los privados y privadas de libertad". "Esto solo se puede lograr si el Estado controla plenamente los establecimientos penitenciarios del país".

El Estado también debe abocarse a revisar el "sistema penitenciario, con participación de Organismos de Derechos Humanos, de modo que éste sirva para que la persona encuentre el verdadero sentido de su vida y la pena se convierta en una oportunidad de conversión y desarrollo personal y resiliencia".

Los Obispos pidieron además que se multipliquen los "gestos humanitarios para con esta población recluida".

En su comunicado piden a las autoridades venezolanas investigar "diligente y efectivamente los hechos de violencia ocurridos en los centros penitenciarios".

Esto permitirá, señalaron, "identificar las causas y sus responsables", así como que "se tomen las medidas más aconsejables para evitar que estos acontecimientos se repitan en el futuro".

Los Obispos exhortaron también a que se establezca "un diálogo constructivo y armónico entre la sociedad y las autoridades", para encontrar soluciones "viables y sostenibles en pro de los privados y privadas de libertad".

La CEV señaló además la necesidad de "incorporar medidas de prevención para reducir la violencia, es necesario reducir el hacinamiento y la sobrepoblación; evitar de manera efectiva el ingreso de armas, drogas, alcohol y otras sustancias ilícitas a los centros penales, establecer una clasificación y separación adecuada de los reclusos".

Otros temas importantes son "asegurar la capacitación y formación continua y apropiada del personal y erradicar la impunidad", indicaron.

Finalmente, los Prelados señalaron la importancia de "que el Estado tome acciones contundentes para erradicar estos males, construyendo una Justicia restaurativa, de lo contrario se convierte en un actor indiferente o cómplices de esta realidad".

"Invitamos a todos los fieles católicos ser testimonio de caridad operativa y a orar intensamente a Dios Nuestro Señor por la solución de la crisis carcelaria. Imploramos la protección de Nuestra Señora de Las Mercedes, por todos los privados y privadas de libertad del país", concluyeron.