El primer lugar al que acudió el Papa Francisco en su viaje apostólico en Armenia fue la Catedral Armenia Apostólica de la Santa Etchmiadzin, donde habló de la fe del país y del ecumenismo y la fraternidad frente a las divisiones que se viven en el mundo actual.
"El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos, y espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo", dijo al respecto.
"El compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad, la intensificación de las iniciativas comunes y la colaboración entre todos los discípulos del Señor con vistas al bien común, son como luz brillante en una noche oscura, y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión", dijo en el saludo.