En el segundo y último día de su viaje a Malta, el Papa Francisco visitó este domingo 3 de abril la gruta de San Pablo en la ciudad de Rabat, ocasión en la que saludó también a líderes de diferentes confesiones cristianas, enfermos y a un grupo de prisioneros.
El Santo Padre fue recibido por el Arzobispo de Malta, Mons. Charles Scicluna y por el Arcipreste de la Basílica de San Pablo, P. Joseph Mizzi, con quienes bajó a la gruta que es considerada un lugar sagrado porque, según la tradición, allí vivió San Pablo durante tres meses predicando, bautizando y curando a los enfermos.
Según la tradición, en esta cueva vivió San Pablo alrededor del año 60, luego que naufragó el barco que lo llevaba a Roma para ser juzgado, debido a una terrible tormenta.