Sin embargo, el Santo Padre lamentó que "lamentablemente no han faltado cristianos -sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos- que han participado en programas que hoy entendemos que son inaceptables y también contrarios al Evangelio. Y por eso, fui a pedir perdón en nombre de la Iglesia".
"Fue una peregrinación penitencial. Muchos fueron los momentos de alegría, pero el sentido y el tono del conjunto fue de reflexión, arrepentimiento y reconciliación", advirtió.
Luego, el Papa recordó que "hace cuatro meses había recibido en el Vaticano, en grupos diferentes, a los representantes de los pueblos originarios de Canadá, fueron en total seis reuniones, para preparar un poco este encuentro".
Al referirse al reciente viaje apostólico que realizó del 24 al 30 de julio, el Papa señaló que tuvo tres etapas: "la primera, en Edmonton, en la parte occidental del país. La segunda, en Quebec, en la parte oriental. Y la tercera en el norte, en Iqaluit, quizá a 300 km del círculo polar" y que consistieron en "la memoria, la reconciliación, y la sanación".