El Papa Francisco pide una solución dialogada a la crisis política en Sudán

Durante el rezo del Regina Coeli, tras la Misa de la Solemnidad de Pentecostés celebrada en la Plaza de San Pedro del Vaticano este domingo 9 de junio, el Papa Francisco hizo un llamado al diálogo en Sudán y pidió oraciones para el fin de la violencia en este país africano.

"Producen dolor y preocupación las noticias que llegan en estos días de Sudán. Rezamos por este pueblo, para que cesen las violencias y se busque el bien común en el diálogo", fueron las palabras del Pontífice.

Sudán se encuentra en una encrucijada desde el golpe contra el presidente Omar al Bashir, en el poder durante más de 30 años, y su sustitución por una Junta Militar para la Transición el pasado mes de abril.

Desde entonces, se han sucedido las manifestaciones, huelgas y episodios de violencia con numerosos muertos y heridos. Los últimos datos, hablan de entre 61 y 100 muertos durante la represión policial de una huelga en Jartum, la capital del país, por la detención de varios líderes opositores a la Junta Militar esta misma semana.

Sudán es un país mayoritariamente musulmán donde rigen la ley islámica o sharía. Su política ha estado fuertemente intervenida por Arabia Saudí, país que ha financiado y mantenido en el poder al presidente Al Bashir y que ahora hace valer su implantación en el territorio para no perder su influencia.

Históricamente, Sudán ha sufrido 2 largos conflictos que la han desestabilizado y que todavía siguen en curso. Por un lado, la guerra civil en el sur del país, de mayoría cristiana y animista, que se saldó con la independencia de Sudán del Sur en 2011.

Sin embargo, este conflicto todavía sigue vivo, por un lado, debido a la pugna por el control de los recursos naturales de Sudán del Sur, y, por otro, por un nuevo conflicto civil entre los mismos sur sudaneses.

El otro conflicto todavía en curso que desestabiliza la región es el de Darfur, una región occidental de Sudán que enfrenta a diferentes etnias de la zona por el control de las tierras de cultivo, duramente afectadas por la desertización.