28 de octubre de 2018 / 06:58 AM
Al finalizar la Misa de clausura del Sínodo de los Obispos, este domingo 28 de octubre, el Papa Francisco presidió el rezo del Ángelus dominical en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Ante una multitud de fieles que, pese a la intensa lluvia que ha caído sobre Roma, esperaba las palabras del Pontífice, Francisco aseguró que los frutos del Sínodo "ya están fermentando, como hace el zumo de la uva en los barriles tras la vendimia. El Sínodo de los jóvenes ha sido una buena vendimia y promete buen vino".
Recordó que "la esperanza de Dios no es un milagro, como ciertas publicidades donde todos aparecen sanos y bellos, sino una promesa para la gente real, con virtudes y defectos, potencialidad y fragilidad".