Tras finalizar la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco dijo haber seguido "con horror" los últimos acontecimientos "que siguen tiñendo de sangre la República Democrática del Congo".
"Lamento enérgicamente el inaceptable asalto que tuvo lugar en los últimos días en Maboya, provincia de Kivu del Norte, donde fueron asesinadas personas indefensas, entre ellas una religiosa que se dedicaba a la atención sanitaria", dijo el Papa a continuación.
"Rezamos por las víctimas y sus familias, así como por esa comunidad cristiana y los habitantes de esa región, agotados por la violencia desde hace demasiado tiempo", concluyó el Santo Padre.