Ante esto, el Papa recordó la importancia de "sentirnos necesitados de salvación porque es el "primer paso de la religión de Dios, que es misericordia hacia quien se reconoce miserable". "Recemos para pedir la gracia de sentirnos necesitados de misericordia, necesitados de misericordia, pobres interiormente. También para eso nos hace bien estar a menudo con los pobres, para recordarnos que somos pobres, para recordarnos que solo en un clima de pobreza interior actúa la salvación de Dios", pidió el Pontífice.
En esta línea, el Papa Francisco expresó su agradecimiento a los participantes del Sínodo por "haber dialogado durante estas semanas con el corazón, con sinceridad y franqueza, exponiendo ante Dios y los hermanos las dificultades y las esperanzas".
Finalmente, al reflexionar sobre "la oración del pobre" el Santo Padre explicó que en este Sínodo tuvieron "la gracia de escuchar las voces de los pobres y de reflexionar sobre la precariedad de sus vidas, amenazadas por modelos de desarrollo depredadores. Y, sin embargo, aún en esta situación, muchos nos han testimoniado que es posible mirar la realidad de otro modo, acogiéndola con las manos abiertas como un don, habitando la creación no como un medio para explotar sino como una casa que se debe proteger, confiando en Dios".
"Cuántas veces, también en la Iglesia, las voces de los pobres no se escuchan, e incluso son objeto de burlas o son silenciadas por incómodas. Recemos para pedir la gracia de saber escuchar el grito de los pobres: es el grito de esperanza de la Iglesia. El grito de los pobres: es el grito de esperanza de la Iglesia. Haciendo nuestro su grito, también nuestra oración -estemos seguros- atravesará las nubes", concluyó.