En la homilía de la Misa que presidió esta mañana en la República de San Marino en la Solemnidad de la Santísima Trinidad, el Papa Benedicto XVI señaló que ante el ser humano pecador, Dios ofrece siempre la posibilidad de la conversión y del perdón.
Ante miles de fieles reunidos para la Eucaristía que celebró en el estadio de Serravalle, el Santo Padre explicó que el misterio de la Santísima Trinidad, Dios Uno y Trino, es el "primer y supremo misterio de nuestra fe".
"El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno, porque Dios es amor: el Padre da todo al Hijo; el Hijo recibe todo del Padre con reconocimiento; y el Espíritu Santo es como el fruto de este amor recíproco entre el Padre y el Hijo".