"¡No cedáis al desaliento ante las dificultades!". Con ese llamado a la perseverancia, el Papa Francisco quiso trasladar un mensaje de ánimo a los vecinos de la localidad italiana de Carpi, y de las localidades vecinas, que sufrieron los efectos destructivos del terremoto de mayo de 2012.
El Santo Padre acudió este domingo en visita apostólica a esta ciudad del norte de Italia, donde celebró Misa y se reunión con afectados por aquel temblor de tierra.
Delante del Duomo di Mirandola, templo construido en el año 1440 en cuya fachada aún son visibles los graves daños ocasionados por el temblor, el Papa expresó su deseo de "abrazarme a vosotros y a los habitantes de las otras localidades golpeadas por el terremoto de mayo de 2012", explicó el Pontífice.