De este modo, el Pontífice subrayó que "Cristo nos ha revelado el corazón de Dios: es un Padre que quiere custodiar, Dios es un Padre que quiere custodiarnos a todos; defender y promover la dignidad de cada uno de sus hijos e hijas, y que nos llama a construir las condiciones humanas, sociales y económicas para que nadie sea excluido o pisoteado en sus derechos fundamentales, para que nadie tenga que sufrir por falta de pan material o por soledad".
Por ello, el Papa recordó el "testimonio luminoso de San Francisco de Asís, que practicó la fraternidad universal y sembró paz por todas partes y caminó cerca de los pobres, de los abandonados, de los enfermos, de los descartados, de los últimos".
En este sentido, el Santo Padre subrayó que en este centro desde hace casi cuarenta años "llevan a cabo este servicio, que es un signo concreto de esperanza y también un signo de contradicción en la ajetreada vida de la ciudad, donde tantos se encuentran solos con su pobreza y su sufrimiento".