En una emotiva oración realizada ayer a las 8:00 de la noche –hora de Roma– en los jardines vaticanos, el Papa Benedicto XVI cerró el mes mariano de mayo con un sentido agradecimiento a la Virgen.
Cientos de personas participaron en la tradicional procesión del último día del mes de mayo desde la Iglesia de San Esteban de los Abisinios (cercana al ábside de la basílica vaticana) a la Gruta de la Virgen de Lourdes, en un evento presidido por Mons. Angelo Comastri, Vicario general de Su Santidad para el Estado de la Ciudad del Vaticano.
Al llegar a la gruta y antes de impartir la bendición apostólica, el Santo Padre recordó que este mes de mayo “se ha caracterizado por la acogida a la estatua de la Virgen de Fátima en la Plaza de San Pedro el pasado día 13, con motivo del XXV aniversario del atentado al querido Juan Pablo II y por el viaje apostólico a Polonia, donde he podido visitar los lugares que más le gustaban a mi gran predecesor”.