"Procuren siempre estar comprometidos al servicio del hombre, sobre todo de los más marginados". Lo escribe el Papa Francisco en un mensaje a los obispos franceses, con ocasión de su Asamblea plenaria que se celebra esta semana, en el santuario mariano de Lourdes.

El Papa anima a los obispos a que cuiden la formación de los futuros sacerdotes, de modo que estén profundamente enraizados en Cristo y cercanos a la gente que les ha sido confiada, sin tener miedo de llegar a los hombres y mujeres que todavía no conocen a Jesucristo.

El mensaje, dirigido a Mons. George Pontier, Arzobispo de Marsella y Presidente del Episcopado francés, subraya la tradición misionera de la Iglesia de Francia.

"¡Que esa preocupación por la persona humana -dice el Papa- sea al mismo tiempo, un fuerte testimonio de la misericordia de Dios para con todo el mundo!".

Esto requiere que las comunidades diocesanas permanezcan en un estado permanente de conversión a Cristo, a fin de cumplir la misión de evangelización de manera creíble.

Para concluir, el Santo Padre se complace por la apertura de la Asamblea plenaria a los obispos de otros países. "Un signo, escribe, del apego al ejercicio colegial del ministerio episcopal, en comunión con el Obispo de Roma".