El Papa a obispos: Hoy hace falta pasión para evangelizar América Latina

El Papa a obispos: Hoy hace falta pasión para evangelizar América Latina
Papa Francisco saluda a Cardenal colombiano Darío Castrillón Hoyos / Foto: Alvaro de Juana (ACI Prensa)

Terminadas las actividades de la mañana en Bogotá, Colombia, el Papa Francisco tomó un descanso en la Nunciatura Apostólica y continuó con un encuentro con el Comité Directivo del CELAM a los que les recordó que la Iglesia es sacramento de esperanza, alentándolos a evangelizar con pasión superando el desánimo.

En un discurso en el que criticó la burocratización y el aburguesamiento de las estructuras eclesiales en América Latina, el Papa dijo a los obispos que "si queremos servir desde el CELAM, a nuestra América Latina, lo tenemos que hacer con pasión. Hoy hace falta pasión".

"Poner el corazón en todo lo que hagamos, pasión de joven enamorado y de anciano sabio, pasión que transforma las ideas en utopías viables, pasión en el trabajo de nuestras manos, pasión que nos convierte en continuos peregrinos en nuestras Iglesias", dijo el Pontífice.

En su mensaje puso como ejemplo a Santo Toribio de Mogrovejo, "que no se instaló en su sede: de 24 años de episcopado, 18 los pasó entre los pueblos de su diócesis. Hermanos, por favor, les pido pasión, pasión evangelizadora".

Frente al aburguesamiento de la Iglesia en América Latina el Santo Padre dijo que esta "debe continuar prestando el humilde servicio al verdadero bien del hombre latinoamericano".

"Debe trabajar sin cansarse para construir puentes, abatir muros, integrar la diversidad, promover la cultura del encuentro y del diálogo, educar al perdón y a la reconciliación, al sentido de justicia, al rechazo de la violencia y al coraje de la paz", agregó.

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"No podemos perder el contacto con este sustrato moral, con este humus vital que reside en el corazón de nuestra gente, en el que se percibe la mezcla casi indistinta, pero al mismo tiempo elocuente, de su rostro mestizo: no únicamente indígena, ni hispánico, ni lusitano, ni afroamericano, sino mestizo, ¡latinoamericano!", enfatizó.

Asimismo,  instó a que la Iglesia debe ser "sacramento de esperanza" ya que "a nosotros no nos está consentida la 'quejumbrosidad', porque la esperanza que tenemos viene de lo alto".

"Además, bien sabemos que el corazón latinoamericano ha sido amaestrado por la esperanza" pero, "es necesario vigilar sobre la concretización de esta esperanza. Tanto más trascendente cuanto más debe transformar el rostro inmanente de aquellos que la poseen".

"Les ruego que vigilen sobre la concretización de la esperanza", insistió el Santo Padre a los obispos presentes y les recordó que esos rostros visibles se encuentran en los jóvenes, la mujer y los laicos.

También, el Papa Francisco recordó que el encuentro con Cristo vivo "requiere que los discípulos cultiven la familiaridad" con El, "de lo contrario el rostro del Señor se opaca, la misión pierde fuerza, la conversión pastoral retrocede".

"Orar y cultivar el trato con Él es, por tanto, la actividad más improrrogable de nuestra misión pastoral". "Si no salimos con Él en la misión pronto perderíamos el camino, arriesgándonos a confundir nuestras necesidades vacuas con su causa", agregó.

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Sin Cristo como "razón de nuestro salir" es "fácil desanimarse en medio de la fatiga del camino, o frente a la resistencia de los destinatarios de la misión, o ante los cambiantes escenarios de las circunstancias que marcan la historia, o por el cansancio de los pies debido al insidioso desgaste causado por el enemigo".

"No forma parte de la misión ceder al desánimo cuando, quizás, habiendo pasado el entusiasmo de los inicios, llega el momento en el que tocar la carne de Cristo se vuelve muy duro".

"Lo que hace permanente la misión no es el entusiasmo que inflama el corazón generoso del misionero, aunque siempre es necesario; más bien es la compañía de Jesús mediante su Espíritu", dijo el Santo Padre.

"Si no salimos con Él en la misión pronto perderíamos el camino, arriesgándonos a confundir nuestras necesidades vacuas con su causa".

 "En una situación como esta, Jesús no alienta nuestros miedos. Y como bien sabemos que a ningún otro podemos ir, porque solo Él tiene palabras de vida eterna (cf. Jn 6,68), es necesario en consecuencia, profundizar nuestra elección.

"Mucho se ha hablado sobre la Iglesia en estado permanente de misión. Salir con Jesús es la condición para tal realidad. Salir sí, pero con Jesús. El Evangelio habla de Jesús que, habiendo salido del Padre, recorre con los suyos los campos y los poblados de Galilea".

"No se trata de un recorrido inútil del Señor. Mientras camina, encuentra; cuando encuentra, se acerca; cuando se acerca, habla; cuando habla, toca con su poder; cuando toca, cura y salva".

"Llevar al Padre a cuantos encuentra es la meta de su permanente salir, sobre el cual debemos reflexionar continuamente y hacer un examen de conciencia.  La Iglesia debe reapropiarse de los verbos que el Verbo de Dios conjuga en su divina misión. Salir para encontrar, sin pasar de largo; reclinarse sin desidia; tocar sin miedo".

El Santo Padre enfatizó que "la esperanza en América Latina tiene un rostro femenino" y recordó a "las madres indígenas o morenas, pienso en las mujeres de la ciudad con su triple turno de trabajo, pienso en las abuelas catequistas, pienso en las consagradas y en las tan discretas artesanas del bien. Sin las mujeres la Iglesia del continente perdería la fuerza de renacer continuamente".

"Son las mujeres quienes con meticulosa paciencia, encienden y reencienden la llama de la fe".

"Es un serio deber comprender, respetar, valorizar, promover la fuerza eclesial y social de cuanto realizan. Acompañaron a Jesús misionero; no se retiraron del pie de la cruz; en soledad esperaron que la noche de la muerte devolviese al Señor de la vida; inundaron el mundo con el anuncio de su presencia resucitada. Si queremos una nueva y vivaz etapa de la fe en este continente, no la vamos a obtener sin las mujeres".

"Aparecida es un tesoro cuyo descubrimiento todavía está incompleto. Estoy seguro de que cada uno de ustedes descubre cuánto se ha enraizado su riqueza en las Iglesias que llevan en el corazón".

Al término del encuentro con los 62 miembros del organismo eclesial compuesto por representantes de las distintas comisiones y conferencias episcopales de América Latina, el Santo Padre saludó a los presentes y se tomó la fotografía oficial.

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