"Cuando quedé embarazada estaba en la diplomatura de Derecho, pero después de los primeros 18 meses con Christian me di cuenta que tenía que elegir entre terminar mis estudios y ser su madre. Así que elegí ser su madre a tiempo completo y más adelante podré terminar mis estudios", explica Lacey a ACI Prensa.
"Nosotros simplemente tenemos que hacer algunas cosas de manera distinta que el resto de gente. Muchas personas me dicen: 'oh, lo siento, pobre bebé'. Pero yo les respondo: 'Absolutamente no. Nada de pobre'. Él es alegre y feliz y no lo querríamos de ninguna otra manera. El es feliz y está sano y vive su vida y disfruta y nos hace disfrutar también a nosotros. Es un honor ser su madre criarlo y verlo crecer", asegura.
"Cuando me dicen que Christian vivirá una vida triste o miserable les contesto no es nada cierto porque cuanto más mayor se hace, más claro está que a él le encanta vivir, es feliz y disfruta con cada pequeña cosa más que cualquier otro niño. Él no sabe que es ciego, así que ni siquiera lo considera una limitación porque simplemente tiene que hacer las cosas de manera distinta que el resto de niños, pero que sea diferente no quiere decir que sea malo o que no pueda ser feliz y hacernos felices al resto".