El Consejo de Ministros de España aprobó el pasado martes el real decreto de enseñanzas mínimas de la Educación Secundaria Obligatoria, conocida por sus siglas ESO, y que pone en práctica la ley Celaá en las aulas.
Entre los puntos más destacados está que los alumnos podrán pasar de curso sin límite de suspensos, sino por las "expectativas favorables de recuperación", y también se eliminará la calificación numérica.
La asignatura de Religión será voluntaria y su nota no contará para la media. Tampoco tendrá "asignatura espejo", por lo que los alumnos que decidan no cursarla no tendrán que asistir a ninguna clase equivalente.