Nicoletta Falzoni era la exitosa ejecutiva de una multinacional, sin embargo, en una peregrinación mariana descubrió que el Señor la llamaba para pedirle que le confiara su vida a través de la vocación religiosa en un monasterio de clausura.
"De frente a la llamada de Dios se percibe un temor", afirmó. "¿Cómo podemos con todos nuestros límites, nuestras debilidades, nuestras infidelidades, estar a la altura de la vocación y 'jugarnos todo'?", preguntó Nicoletta, que desde el 6 de mayo tomó el nombre de Sor María Fides.
En declaraciones al semanario L'Azione, de la Diócesis de Vittorio Veneto (Italia), la hoy religiosa afirma que su llamado puede definirse como una "vocación relámpago".