En un encuentro con los participantes de la Plenaria de las Congregaciones para los Institutos de vida consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, el Papa Francisco alertó sobre los factores que ponen en peligro la vida consagrada que en la actualidad sufre una "hemorragia" y propuso algunas medidas para hacerle frente.
El Papa aseguró que la vida religiosa vive un momento de "prueba", como así demuestran las estadísticas. "Estamos frente a una 'hemorragia' que debilita la vida consagrada y la vida misma de la Iglesia. Los abandonos en la vida consagrada nos preocupan mucho".
"Es verdad que algunos la dejan por un acto de coherencia, porque reconocen, después de un discernimiento serio, no haber tenido nunca vocación. Pero en otros, con el paso del tiempo, va a menos su fidelidad, muchas veces solo pocos años después de haber hecho la profesión perpetua".