El Papa Francisco celebró este miércoles en la Basílica vaticana la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, donde bendijo también los palios de 25 arzobispos metropolitanos nombrados en el último año y afirmó que la oración es la gran vía para que la Iglesia y los fieles salgan de sus encierros –incluso personales– y lleven adelante la misión confiada por Cristo.
"La Palabra de Dios de esta liturgia –afirmó el Papa en su homilía– contiene un binomio central: cierre - apertura. A esta imagen podemos unir el símbolo de las llaves, que Jesús promete a Simón Pedro para que pueda abrir la entrada al Reino de los cielos, y no cerrarlo para la gente, como hacían algunos escribas y fariseos hipócritas a los que Jesús reprende".
Asimismo, señaló que "la lectura de los Hechos de los Apóstoles nos presenta tres encierros: el de Pedro en la cárcel; el de la comunidad reunida en oración; y – en el contexto cercano de nuestro pasaje – el de la casa de María, madre de Juan, llamado Marcos, donde Pedro va a llamar después de haber sido liberado".