Hace unos días un grupo de sacerdotes y feligreses se atrincheró en una iglesia católica en la provincia china de Hebei para tratar de evitar que el gobierno la derribe, según señalan los informes.
La protesta comenzó a las 6 de la mañana del jueves 31 de octubre en la iglesia en Wu Gao Zhang, parte del distrito Guantao de Hebei, en la costa del norte de China. Las autoridades han ordenado que la iglesia sea destruida a pesar de que está completamente reconocida y aprobada por el gobierno. Según el medio AsiaNews, las autoridades locales indicaron que el edificio carece de los permisos adecuados.
En septiembre de 2017, China promulgó nuevas regulaciones estrictas para la religión. Desde entonces, las autoridades han estado vigilantes para que se cumplan los requisitos para los permisos. Las iglesias que no cumplen son destruidas.