Todas las intervenciones fueron recogidas y así se llegó al segundo momento, es decir, un borrador que se llama la Relación después de la discusión. También esta Relación fue desarrollada por el Cardenal Erdö, articulada en tres puntos: la escucha del contexto y de los desafíos de la familia; la mirada fija en Cristo y el Evangelio de la familia; la confrontación con las perspectivas pastorales.
Sobre esta primera propuesta de síntesis se llevó a cabo la discusión en los grupos, que fue el tercer momento. Los grupos, como siempre, estaban separados por idiomas, porque es mejor así, se comunica mejor: italiano, inglés, español y francés. Cada grupo al final de su trabajo presentó una relación y todas las relaciones de los grupos fueron publicadas inmediatamente. Todo fue dado, había transparencia para que se supiera lo que sucedía.
A ese punto –el cuarto momento– una comisión examinó todas las sugerencias que surgieron de los grupos lingüísticos y se realizó la Relación final, que mantuvo el esquema anterior - escucha de la realidad, la mirada en el Evangelio y el compromiso pastoral - pero ha tratado de acoger el fruto de las discusiones en los grupos. Como siempre, también fue aprobado un Mensaje final del Sínodo, más breve y más divulgativo respecto a la Relación.
Este fue el desarrollo de la Asamblea sinodal. Algunos de ustedes pueden preguntarme: "Pero, padre, ¿han peleado los padres?" No sé si han peleado, pero que han hablado fuerte sí, de verdad. Y esta es la libertad, es justamente la libertad que hay en la Iglesia. Todo ocurrió "cum Petro et sub Petro", es decir, con la presencia del Papa, que es garantía para todos de libertad y de confianza, y garantía de la ortodoxia. Y al final, con una intervención mía, di una lectura sintética de la experiencia sinodal.