En una carta remitida a los sacerdotes de todo el mundo, con ocasión del 160º aniversario de la muerte de San Juan María Vianney, conocido como el Cura de Ars, el Papa Francisco alentó a los sacerdotes a reconocer "nuestra fragilidad", pero al mismo tiempo dejar "que Jesús la transforme y nos lance una y otra vez a la misión".
"No nos perdamos la alegría de sentirnos 'ovejas', de saber que él es nuestro Señor y Pastor", expresó.
Esta carta, indicó, está dirigida no solo a los párrocos "sino también a todos Ustedes hermanos presbíteros que sin hacer ruido 'lo dejan todo' para estar empeñados en el día a día de vuestras comunidades. A Ustedes que, como el Cura de Ars, trabajan en la 'trinchera', llevan sobre sus espaldas el peso del día y del calor y, expuestos a un sinfín de situaciones, 'dan la cara' cotidianamente y sin darse tanta importancia, a fin de que el Pueblo de Dios esté cuidado y acompañado".