El Cardenal Gerhard Müller lamentó las restricciones impuestas recientemente por el Papa Francisco a la celebración de la Misa en la forma extraordinaria, mediante el Misal anterior a 1970.
En una carta publicada en el sitio The Catholic Thing, el prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Müller, criticó la diferencia de trato a los llamados "tradicionalistas" en comparación a las propuestas contrarias a la doctrina del "Camino Sinodal" de los obispos alemanes, y subrayó que el motu proprio Traditionis custodes era innecesario para perseguir los fines argumentados por el Pontífice, y que habría bastado con una "argumentación teológica comprensible".
El Cardenal, que comparte con el Santo Padre la necesidad de que en la Iglesia se reconozca de forma incondicional la legitimidad del Concilio Vaticano II, consideró que existe una desproporción entre la "dura disciplina" aplicada a la llamada Misa Tridentina, frente a la "relativamente modesta respuesta a los ataques masivos contra la unidad de la Iglesia en el 'Camino Sinodal' alemán".