El Cardenal Roger Etchegaray, Presidente Emérito del Pontificio Consejo Justicia y Paz, deja el Vaticano para regresar a Francia, su país natal, luego de una larga y destacada labor apostólica, como fue la construcción de puentes entre la Santa Sede y Cuba, y que llevaron a la histórica visita de San Juan Pablo II a la isla en 1998.
La noticia de la partida del Purpurado fue difundida por Angelo Scelzo, exsubdirector de la Sala de Prensa de la Santa Sede y buen amigo del Cardenal francés de 94 años, quien deja su casa en la plaza San Calisto en Roma para regresar a Bayona en Francia, donde vivirá con su hermana Maite en una casa de retiro.
El Cardenal Etchegaray tuvo la oportunidad de despedirse del Papa Francisco y de Benedicto XVI, afirmó Scelzo en un artículo publicado el 20 de enero en el periódico de la Conferencia Episcopal Italiana, Avvenire.