El Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, hizo un balance positivo de sus casi 7 años de servicio en este cargo, que concluirá el próximo 15 de octubre cuando asuma el puesto el Arzobispo italiano Pietro Parolin nombrado el sábado 31 de agosto por el Papa Francisco.

El diario del Vaticano, L'Osservatore Romano (LOR) da cuenta de lo dicho por el Cardenal Bertone, en diálogo con los periodistas tras la solicitud del rector del Santuario de la Virgen de las Lágrimas en Siracusa, al concluir la celebración que presidió por el 60º aniversario del prodigio de la lacrimación.

LOR señala que el "Cardenal Bertone ha querido recordar y subrayar las líneas importantes que han inspirado y sostenido su servicio desarrollado en la Secretaría de Estado – entre ellas una armoniosa relación entre fe y razón, entre derecho y ley natural, entre tradición y modernidad– recordando luego algunos acontecimientos memorables como las Jornadas Mundiales de la Juventud de Sydney y Madrid con Benedicto XVI, y la de Río de Janeiro con el Papa Francisco".

La agencia italiana Ansa informa que el Cardenal Bertone dijo además que "el balance de estos siete años lo veo positivo. Naturalmente ha habido muchos problemas, especialmente en los últimos dos años, en los que he recibido acusaciones… Una red de cuervos y víboras… Pero esto no debería oscurecer lo que creo es un balance positivo".

El Purpurado dijo además que "a veces hay algunos prejuicios. Un balance honesto no puede no tener en cuenta el hecho de que el Secretario de Estado es el primer colaborador del Papa, un ejecutor fiel y leal de las tareas que le son confiadas. Algo que he hecho y que haré".

El Secretario de Estado, explicó el Cardenal Bertone, "trabaja en equipo donde trabajan cinco y es un bello grupo que trabaja muy unido".

"He dado siempre todo –resaltó– pero ciertamente he tenido mis defectos. Si tuviese que volver a pensar ahora en algunos momentos actuaría de modo distinto, pero esto no quiere decir que no haya buscado servir a la Iglesia".