Estos siete mártires pertenecían a los Misioneros del Sagrado Corazón y vivían en la comunidad que esta congregación tenía en la localidad de Canet de Mar, en la Diócesis de Gerona (España).
Los mártires beatificados tenían entre 20 y 28 años y trabajaban en diversas tareas pastorales y formativas al servicio de la congregación. Cuando comenzó la Guerra Civil española en 1936 supieron que su vida corría peligro y decidieron huir a Francia.
Les refugiaron en varias casas, pero fueron descubiertos y detenidos en el municipio de Begudà, en Gerona. Fueron fusilados mientras gritaban "Viva Cristo Rey", les enterraron en el cementerio del pueblo, pero después de la guerra sus restos fueron trasladados al cementerio de Canet de Mar. Actualmente sus restos reposan en la capilla de los mártires que los Misioneros del Sagrado Corazón tienen en Barcelona (España).
Los Misioneros del Sagrado Corazón es una congregación religiosa fundada en 1854 por el sacerdote francés Julio Chevalier, que se ha extendido por todo el mundo y que actualmente cuenta con más de 1.500 miembros de cincuenta países. En Barcelona, la congregación gestiona un centro educativo.