Arzobispo reprocha a Malta por no acoger barcos con inmigrantes

El Arzobispo de Malta, Mons. Charles Jude Scicluna, ha criticado al gobierno maltés por no permitir el acceso a sus puertos a los barcos de rescate operados por diversas ONG´s que trasladan inmigrantes.

"Las situaciones difíciles deberían suscitar lo mejor en nosotros. El primer pensamiento para los humanos en peligro es que se trata de seres humanos. Puertas cerradas, puertos cerrados, corazones cerrados: muy triste de hecho", expresó el Prelado a través de su cuenta de Twitter.

I fully support the Joint NGO Statement. Difficult situations should elicit the best in us. The first thought for humans in distress is that they are human beings. Closed doors; closed ports; closed hearts: very sad indeed. https://t.co/QtKDqRj9ro

- Bishop CJ Scicluna (@BishopScicluna) 2 de julio de 2018

La reacción de Mons. Scicluna responde a la medida anunciada la semana pasada por las autoridades de la isla ante la llegada del buque Lifeline con unos 234 inmigrantes que fueron rescatados del mar.

El 27 de junio, el país permitió que atracara en sus puertos el navío luego de que junto a Bélgica, Francia, Irlanda, Italia, Holanda, Portugal y Noruega, se ofrecieran a acoger a algunos de los inmigrantes.

Un día después, el Gobierno afirmó en un comunicado que "Malta necesita asegurarse de que las operaciones conducidas por las entidades que utilizan sus servicios portuarios y que operan dentro del área bajo la responsabilidad maltesa se ajustan a las normas nacionales e internacionales. Esto incluye, entre otros, la certificación o el registro de los buques implicados".

"Dado que hay investigaciones que están llevando a cabo autoridades independientes, y hasta que se aclaren estas cuestiones, Malta no puede permitir que las entidades, cuya estructura sea similar a la que está siendo investigada, utilicen a Malta como su puerto de operaciones, y que ingresen o salgan de dicho puerto", agregaron.

En su tuit, Mons. Scicluna también expresó su apoyo al grupo de ONG´s que expresaron su preocupación por el cierre de los puertos de Malta a los buques de rescate.

"Las consecuencias de esta medida son potencialmente fatales, ya que los buques no podrán continuar salvando vidas en el Mar Mediterráneo", señala el texto recogido por el sitio web de la Arquidiócesis de Malta.

"Aunque supuestamente tiene como objetivo garantizar el respeto de la ley, esta acción socava directamente la protección de la vida humana en las fronteras de Europa, haciéndolas aún más peligrosas para los refugiados y solicitantes de asilo", prosigue el comunicado.  

Destacaron que "las ONG´s han salvado miles de vidas en el Mediterráneo entre el 2015 y el 2018" y que por eso "una de las consecuencias inevitables de la decisión de cerrar los puertos de Malta a estos buques será que más personas perderán la vida tratando de llegar a un lugar seguro".

Explicaron que la ruta de migración desde Libia a Italia "siempre ha sido la más letal para la entrada irregular en Europa" y que esta se vuelve cada vez más peligrosa.

El buque Lifeline, administrado por la ONG alemana homónima, esperó seis días en el mar hasta poder atracar en Malta luego de ser rechazado por Italia.

En ese sentido, el Gobierno de Malta indicó en otro comunicado que respecto al barco Lifeline, el país "no tiene una obligación legal o responsabilidad", luego de que el capitán actuase en contra de las reglas internacionales e ignorase "las instrucciones dadas por las autoridades italianas que coordinaban el rescate".

Según informaron los medios locales, el barco no estaba registrado como una nave de búsqueda y rescate, sino como una de recreo y tenía la bandera holandesa.

El capitán de la embarcación, Claus-Peter Reisch, ha sido procesado por la justicia maltesa, pero fue puesto en libertad bajo fianza el 2 de julio. Actualmente el barco está siendo examinado por inspectores enviados por el tribunal.

Este no es el primer barco con migrantes rescatados que ha sido rechazado por Malta. En junio también se negó la entrada al buque Aquarius, que tenía a bordo cerca de 630 personas.