VATICANO,
Tras su llegada al aeropuerto internacional de Budapest y el recibimiento oficial en la terminal aeroportuaria, el Papa Francisco inició la agenda de su visita a la capital de Hungría, con un encuentro con el presidente de la república, János Áder, y el primer ministro Viktor Orbán.
El encuentro con ambos líderes tuvo lugar en la Sala Románica del Museo de Bellas Artes, situado en la histórica Plaza de los Héroes.
Al llegar al Museo, el Pontífice fue recibido con honores por el presidente Áder y el primer ministro Orban, acompañado del vice primer ministro.
A continuación, accedieron al interior de la Sala Románica donde mantuvieron una breve conversación junto con el Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, y el Secretario para las Relaciones con los Estados, Mons. Paul Gallagher.
Según un comunicado de la Sala de Prensa del Vaticano, "el encuentro con el Presidente de la República, el Primer Ministro y el vice primer ministro de Hungría se ha desarrollado según el programa prevista en un clima cordial".
En el encuentro, que duró unos 60 minutos, se trataron, entre otros temas, "del papel de la Iglesia en el país, el compromiso por salvaguardar el medio ambiente y la defensa y promoción de la familia".
Finalizado el encuentro, llegó el turno del tradicional intercambio de regalos entre jefes de Estado. El Santo Padre regaló al presidente János Áder un mosaico que representa la bendición papal en la Plaza de San Pedro.
Es una reproducción de una pintura del pintor del siglo XIX Ippolito Caffi. El mosaico se realizó en el Estudio del Mosaico del Vaticano en enero de 2020 con una antigua técnica empleada de forma tradicional por los artesanos de la Basílica de San Pedro.
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