VATICANO,
El Papa Francisco nombró como Arzobispo de Tokio, en Japón, a Mons. Tarcisius Isao Kikuchi, hasta ahora Obispo de Niigata y Presidente de Cáritas del país asiático.
Mons. Kikuchi sucede en el cargo a Mons. Peter Takeo Okada, cuya renuncia fue aceptada por haber llegado al límite de edad.
Mons. Kikuchi nació en Miyako, en la prefectura de Iwate el 1 de noviembre de 1958, según informó Radio Vaticano este 25 de octubre.
Fue ordenado sacerdote el 15 de marzo de 1986 y el 14 de mayo de 2004 el Papa San Juan Pablo II lo nombró Obispo de Niigata.
La Arquidiócesis de Tokio tiene una población de más de 19 millones de habitantes, pero el número de católicos suma apenas el 0.5%. Cuenta, además, con 75 iglesias con 3 obispos y 85 sacerdotes, 55 comunidades de hombres religiosos y 151 comunidades de mujeres religiosas.
El inicio de la evangelización en Japón se remonta al 15 de agosto de 1549 con la llegada a la ciudad de Kagoshima del jesuita San Francisco Javier. A finales de setiembre, en Ijuin, el santo misionero recibió permiso oficial de las autoridades para evangelizar.
Para 1597, 50 años después de la llegada al país de los jesuitas y antes de la llegada de los franciscanos y dominicos, el emperador Toyotomi Hideyoshi creía que su apostolado era en realidad un proyecto de conquista militar.
Desde entonces, los cristianos fueron perseguidos y tuvieron que esconderse en las catacumbas.
Fueron asesinadas muchas personas por odio a la fe, entre ellos 26 mártires en Nagasaki y 188 personas que perdieron la vida en la segunda ola de persecuciones entre 1603 y 1639. Entre estos últimos, muchas mujeres, niños y familias enteras.
A pesar de la gravedad de la persecución, consiguieron camuflar los símbolos detrás de los budistas y la comunidad cristiana resurgió en 1865, cuando Japón reabrió sus puertas a los misioneros franceses.
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