ROMA,
En su nuevo libro, la segunda parte de "Jesús de Nazaret", el Papa Benedicto XVI demuestra una vez más que el estudio científico de las Sagradas Escrituras puede y debe estar siempre acompañado de una actitud orante que permita una profundización clara sobre los misterios de la vida del Señor.
De manera inesperada la Oficina de Prensa del Vaticano y L’Osservatore Romano dieron a conocer ayer algunos extractos del libro, una semana antes de la presentación del texto, en el Vaticano el 10 de marzo, que trata los últimos días de Jesús desde su entrada a Jerusalén hasta su resurrección.
Estos extractos se refieren a Judas, la fecha de la Última Cena y el juicio de Cristo ante Poncio Pilato.
Sobre los judíos durante el juicio de Jesús, el Papa afirma que en el Evangelio de San Juan, este señalamiento sobre quienes instigaron la muerte del Señor no debe ser interpretado como algo "racista" o una condena contra el pueblo de Israel.
"Después de todo, Juan mismo era étnicamente un judío, como también lo eran Jesús y sus seguidores", precisa el Papa. "Toda la primera comunidad cristiana estaba formada por judíos. En el Evangelio de Juan esta palabras tiene un significado claro y definido: se está refiriendo a la aristocracia del Templo".
Sobre la crucifixión del Señor, el Santo Padre señala que "los cristianos recordarán que la sangre de Jesús habla un idioma distinto al de la sangre de Abel: no clama por venganza o castigo, trae reconciliación. No se vierte contra nadie, se vierte por muchos, por todos… A la luz de la fe… estas palabras no son una maldición, sino redención y salvación".