ROMA,
El diario Il Foglio, dirigido por el intelectual liberal y agnóstico Giuliano Ferrara, presentó una exhaustiva investigación en la que devela la mentalidad eugenésica que está detrás del caso del bebé que sobrevivió durante dos días a un aborto, mal llamado "terapéutico", en la localidad de Rossano Calabro en Italia, y que ha conmocionado al país, luego de que se le dejara morir abandonado.
Bajo el título "El minúsculo combatiente", el mencionado diario italiano explica que fue el capellán del hospital Nicola Giannettasio, P. Antonio Martello, quien descubrió al pequeño de tan solo 300 gramos todavía respirando, cuando iba a rezar por él. "Es la historia del breve paso entre los vivos de un niño, abortado por una madre en su primer embarazo, luego de una ecografía –una sentencia de muerte– que mostraba una malformación en el nascituro. Tal vez un defecto genético del labio y del paladar, como se ha escrito".
El P. Martello comenta sobre este hecho que el aborto ocurrió a la 1:30 p.m. del sábado 24 de abril, "salí de la maternidad el domingo a las 11, casi 24 horas después. Cuando pedí ayuda llegaron un pediatra y el anestesista, que dieron las primeras atenciones, constataron que el bebé respiraba, se movía y su corazón latía". Tras contar que suele rezar por los niños que mueren al nacer y por los bebés que son abortados, el sacerdote relata sobre este caso que "lo que vi el pasado domingo no me había sucedido nunca".
Il Foglio explica luego que la evidencia médica señala que un bebé de 22 semanas, como este niño de Rossano, no puede respirar adecuadamente; y explica que generalmente a esta edad los no nacidos "no tienen alvéolos pulmonares, el aire no puede entrar en los pulmones y por eso no podría respirar solo, sin ayuda o sin socorro".
Al respecto, Claudio Fabris, director de la cátedra de Neonatología de la Universidad de Turín y presidente de la Sociedad Italiana de Neonatología desde 2009, explica que "en consideración de las posibilidades de supervivencia a las 22 semanas de gestación, muchas instituciones sanitarias, incluyendo el hospital Santa Ana (donde trabaja), tienen regulaciones internas que prohíben los abortos terapéuticos luego de ese periodo".
El artículo de Il Foglio señala que "aunque las cosas gusten o no, esto también vale para los niños abortado cuando podrían sobrevivir, y justamente por esto (lo demuestra por sí solo) está el caso del bebé de Rossano Calabro. No hace falta interpretaciones audaces o tendenciosas".